La hipnoterapia se ha reconocido desde hace mucho tiempo como un método de tratamiento creíble y eficaz por instituciones respetadas y está respaldada por amplias investigaciones. Tanto la Asociación Médica Americana (AMA) como la Asociación Americana de Psicología (APA) reconocieron la hipnoterapia como un procedimiento médico válido ya en 1958. Además, desde 1995, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) han recomendado la hipnoterapia como tratamiento para el dolor crónico. La APA, la organización profesional de psicología más grande de EE. UU., incluso ha dedicado una división completa a la hipnosis: División 30: Sociedad de Hipnosis Psicológica, lo que establece aún más su importancia dentro del campo de la psicología.
Los estudios han mostrado de manera uniforme la eficacia de la hipnoterapia en una amplia variedad de enfermedades. Un estudio fundamental publicado en el Journal of Affective Disorders en mayo de 2021 comparó la hipnoterapia con la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) para el tratamiento de la depresión leve a moderada. Los resultados fueron reveladores: la hipnoterapia produjo una reducción del 44,6 % en la gravedad de los síntomas, superando ligeramente a la TCC, que logró una reducción del 38,5 %. Estos resultados respaldan el uso de la hipnoterapia como un método igualmente eficaz, si no superior, para ciertos trastornos mentales.
Otros estudios indican que la hipnoterapia tiene una tasa de éxito del 93 % después de solo seis sesiones, una tasa de éxito significativamente mayor que la de la terapia conductual y la psicoterapia, que generalmente requieren más sesiones para lograr resultados comparables. Esta eficacia convierte a la hipnoterapia en un método destacado para cambiar hábitos, patrones de pensamiento y comportamientos profundamente arraigados (Barrios, 1970). Estos resultados subrayan su potencial como una forma de terapia rápida y de gran impacto.
Además, la hipnoterapia es ampliamente reconocida como un tratamiento eficaz para enfermedades específicas como el dolor crónico, el síndrome del intestino irritable, el trastorno de estrés postraumático, el insomnio, la ansiedad y la depresión. Cabe destacar especialmente la recomendación de la NIH sobre la hipnoterapia para el tratamiento del dolor, dado el creciente uso de tratamientos no invasivos y sin medicación. También se ha demostrado que la hipnosis facilita la cicatrización de heridas postquirúrgicas, ayuda a las personas a dejar de fumar y favorece la pérdida de peso, lo que demuestra aún más su versatilidad en contextos de salud mental y física.
La larga historia de la hipnoterapia, que se remonta a más de 200 años con el médico Franz Mesmer, refuerza aún más su credibilidad. A lo largo del tiempo, muchas figuras influyentes, desde Sigmund Freud hasta Carl Jung, han explorado el uso de la hipnosis, contribuyendo a su desarrollo y aplicación en las prácticas terapéuticas modernas.
La credibilidad de la hipnoterapia está bien establecida, tanto a través del reconocimiento institucional como mediante una sólida investigación clínica. Se ha comprobado su eficacia en una amplia variedad de enfermedades, junto con su capacidad para ofrecer resultados en menos sesiones que otras terapias, lo que hace que sea una alternativa de tratamiento muy respetada y útil.
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